El mar Cantábrico, la ría de Bilbao y el río Ebro han modelado la estructura urbanística de las tres ciudades a lo largo de los siglos.

En Santander el agua es salada; en Logroño, en cambio, es dulce; y en Bilbao, se mezcla.

 

Un agua que ha dejado numerosas huellas y rastros en sus calles, plazas y parques, algunos muy evidentes y otros casi borrados y apenas reconocibles.

 

 

Mediante rutas tangentes proponemos tres rutas que llevarán a los y las peques a descubrir e imaginar historias y estructuras vinculadas al agua. Exploraremos muelles, puentes, diques, grúas, juegos, fiestas y mucho más.

 

Nadaremos entre el pasado y el presente; entre la historia y la ficción; entre la realidad y la imaginación. Jugaremos, inventaremos, dibujaremos…. Prestaremos atención a las huellas que nos ha dejado el agua y que impregna a cada ciudad con su carácter único.

 

Te proponemos una serie de acciones para interactuar con las paradas de la ruta y convertirte en navegante en acción.

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